La lucha en solitario.
Necesito escribir y no encuentro la manera de empezar, ni qué tema tratar. Son tantos los acontecimientos que ocurren a nuestro alrededor, que cuesta trabajo digerirlos y asimilarlos todos.
Escuchamos noticias de todo tipo; vandalismo, robos, maltratos, agresiones, que por muy extraño que parezca, o no se castigan, o si se hace, de manera muy leve. Injusticias, que la justicia resuelve sin ninguna lógica ni sentido común.
Para que un país pueda funcionar bien, sus dirigentes tienen que poseer unos valores y actitudes que reflejen la educación cultural de los mismos. La eficacia a la hora de hacer las cosas dependerá del conocimiento y la competencia que demuestren al asumir responsabilidades frente a la sociedad. Algo que en la actualidad escasea bastante.
Lo podemos ver hoy en día. Les preocupa más defender sus cargos y la captación de votos que dar un verdadero servicio a los ciudadanos. Se adueñan de los recursos públicos para beneficio propio gracias al poder que tienen.
Las chapuzas como evasión de impuestos, curiosamente en aquéllos que deberían dar ejemplo, tanto por sus cargos como por sus sueldos; en la adquisición de títulos académicos, rescatando bancos, regalando grandes cantidades de dinero público a cambio de votos, etc., se ha convertido en parte de la cultura nacional.
A los políticos hay que exigirles un alto grado de dignidad, porque su obligación es la de gestionar los asuntos de interés general de los ciudadanos, que para eso han asumido el cargo. Por lo tanto, su comportamiento debe ser extremadamente responsable.
Alguno de ellos pensará que es mucha la exigencia que se les pide. Yo les recordaría que la dedicación a la política es voluntaria, por lo tanto, si no están dispuestos a defender las necesidades de la ciudadanía antes que las suyas propias, mejor que se dediquen a otra cosa.
En las diferentes profesiones se piden diplomas y exámenes, pero en la política caben todos. Sólo en las urnas se podrían evitar estos hechos impidiendo la entrada a personas de dudosa formación.
La gente se queja a diario de la conducta de los políticos, pertenezcan al partido que sea, haciendo una valoración de los mismos desoladora. Y esto no puede ser bueno cuando tanta gente piensa igual. Me gustaría tener la solución para dejarle a nuestra juventud, precisamente lo contrario.
Todos prometen muchas cosas, buena disposición para las necesidades de la gente, respetar las opiniones diferentes, y muchas cosas bonitas más. Pero la realidad nos dice algo muy diferente.
La política debe estar gestionada por personas con vocación de servicio y no por gente calculadora y mezquina. No todos los políticos son malos. Aunque menos, también están los que trabajan en la sombra y se dejan la piel haciendo lo mejor para los ciudadanos.
La política es un juego retorcido y complejo que afecta a todos los países. Pero, nos guste o no, también es necesaria, pues sin ella no puede haber vida social e institucional. Los que decidan dedicarse a ella deberían demostrar dignidad y vocación de servicio, y menos afición al sillón y a todas las ventajas que tienen.
“La política es el arte de servirse de los hombres haciéndoles creer que se les sirve a ellos”. (Louis Dumur).
“Con las leyes pasa como con las salchichas, es mejor no ver cómo se hacen”. (Otto Von Bismarck).
JLuis.