En una zona bastante alejada de la ciudad, hay un bonito pueblo rodeado de bosques de pinos, robles y hayedos, donde viven unas cuantas familias dedicadas a sus tareas de agricultura y algún pequeño negocio relacionado con el turismo. A pocos kilómetros, existe un lago bastante grande, lo que atrae a los turistas en la época veraniega.
En el periodo de vacaciones coinciden bastantes chavales, entre la adolescencia y la juventud, que forman una pandilla muy variada. Como suele ocurrir, siempre hay uno que hace de líder y es, normalmente, el que decide lo que van a hacer cada día. Con sus bicicletas recorren los senderos entre los árboles. En ocasiones llegan hasta el lago, donde tiran las bicis al suelo y se sientan. Con la música a todo volumen, y con un vocabulario chulesco comentan sus cosas. También se encienden unos cigarros y juegan con sus móviles. En definitiva, es su manera de pasar el tiempo.
Un día, cuando llegaron a la orilla del lago, se encontraron a una pareja, chico y chica, que habían pasado la noche junto a las aguas, en una tienda de campaña. Estaban desayunando cuando aparecieron los muchachos del pueblo, y como siempre, la música al máximo. A esto le sumaron unos comentarios jocosos hacia la pareja, algo que les molestó mucho. Estuvieron pensando en marcharse, pero decidieron hablar con ellos. Les pidieron, por favor, que bajaran el volumen y que dejaran de meterse con ellos. El líder de la pandilla les dijo que se fueran a la mierda y que ellos harían lo que quisieran, a lo que el resto del grupo coreó con risas de burla. El joven, indignado, se sentó junto a su chica y decidieron esperar.
Pasado un tiempo el grupo de muchachos decidió marcharse y cuando pasaron junto a la pareja, les dijeron toda clase de insultos y al final se largaron. Al quedarse solos disfrutando de la soledad del lugar, decidieron quedarse una noche más. Lo que ellos no sabían es que desde el interior del bosque, les estaban observando, y en un momento que se metieron al agua para bañarse, les robaron un bolso donde tenían las llaves del coche. Al darse cuenta del hecho, corrieron hacia donde habían aparcado y, ante su estupor, el auto no estaba.
Tras un rato de búsqueda, y gracias a la música, llegaron al lugar donde se encontraban, y también al vehículo que les habían robado. En ese momento empezó una serie de acontecimientos; discusiones, peleas, carreras, golpes, que terminó con la pareja destrozada y magullada y con varios de los chicos heridos. Entretanto, el líder seguía dando órdenes para que remataran a la pareja.
La irresponsabilidad y la mala educación de estos niñatos, hizo que se creara un conflicto que podía haber terminado en tragedia. El resultado fue que una pareja que decide pasar un fin de semana tranquilo, se encuentra con estos irresponsables, terminan en el hospital, con el coche destrozado, y con la impotencia de no poder resolver el problema.
Los irresponsables sólo piensan en su beneficio personal, aún a costa de perjudicar a los demás. No entienden de solidaridad ni de respeto a las normas establecidas. Son indiferentes a todo lo que les pueda suponer trabajo.
A un líder irresponsable, sólo le interesa su beneficio personal, nunca se pone en el lugar de los demás, es soberbio e indiferente, poco fiable y nunca cumple con sus obligaciones o compromisos.
El problema es que quien ha provocado estos hechos recibe el mismo castigo que quien los recibe, aunque sea en defensa propia. Se podía dar el caso de que, los agredidos, sufran algún castigo, por el mero hecho de defenderse.
“Somos esclavos de nuestra irresponsabilidad y víctimas de nuestra responsabilidad”. (Jorge González Moore).
JLuis.