Violencia es un acto que tiene que ver con la fuerza física o verbal contra una persona pa conseguir algún objetivo en contra de ella. Se suele practicar contra los grupos más vulnerables e indefensos.
La violencia sexual y de pareja es una de las más extendidas y que se da, desgraciadamente, con bastante frecuencia, tanto en nuestro país, como a nivel mundial.
La violencia de género es la que más nos afecta por la gran cantidad de mujeres asesinadas como consecuencia del machismo ejercido sobre ellas. Es un problema de muy difícil solución. Las mujeres sufren la desigualdad entre la diferencia de sexos. Hay menos empleos para ellas, por lo tanto menos recursos y más cargas domésticas. Raramente pueden salir de esa situación de dependencia del marido.
No hay confianza en el sistema jurídico y social y eso influye para que muchas denuncias no se hagan, consiguiendo con ello que la situación cada vez empeore más. La mujer, en estos casos, se siente atrapada por el marido que la sigue manteniendo al igual que a sus hijos, impidiendo de esta forma, que pueda acercarse a la ayuda social. Todo esto hace que la situación empeore y las huellas cada vez sean más profundas.
Es frecuente que algunas violaciones o maltratos no se denuncien a su debido tiempo por miedo o por vergüenza al ser producidas por familiares cercanos, a veces por los propios padres.
Es por tanto muy importante que todos tomemos conciencia de la gravedad del problema y empecemos a poner soluciones desde el seno de la propia familia, donde los padres deben dar ejemplo de relación de igualdad entre mujeres y hombres dentro de la sociedad. Que las relaciones de pareja se basan en el cuidado y respeto mutuo, como debería ser en toda relación humana.
Es normal que las parejas tengan diferencias y pasen por dificultades, incluso es bueno que discutan para dar solución a sus diferencias. Pero nunca se debe usar la agresión, física, sexual o psicológica. En los momentos de ira tenemos que ser capaces de frenar la agresividad y aumentar la autoestima entre ambos.
La violencia de género no se da sólo en las personas casadas, también los jóvenes y adolescentes la sufren. Si entendiéramos que amar no es pegar sino cuidar y compartir se reducirían mucho las agresiones.
Es frecuente decir que los agresores son personas enfermas, pero no se curan con medicamentos. Quizás falte educación y control a aquéllos, que desde jóvenes, tengan una actitud agresiva. Si son agresores es porque quieren serlo. Si hubiera capacidad de reconocerlo, no se llegarían a consumar muchas muertes.
“La violencia es el último refugio del incompetente”. (Isaac Asimov)
JLuis.